En la nada y en todo
¿Cuál es la respuesta a tan clásica pregunta? Como si volviera a tener nuevamente tiernos diez años. Hija, ¿Qué quiere ser usted cuando grande? Y aunque hoy cambió la interrogante, La pregunta es la misma, y apunta al futuro que anhelamos llegar. En un abrir y cerrar de ojos pasaron cuatro años. Se acabó la universidad, las pataletas y reclamos. Hoy toca afrontar la cada día más cercana vida adulta, que hoy nos venden con miedo. Qué no habrá tiempo, que el sueldo es bajo y que las alegrías no son muchas, y ¿qué? Cuales pueden ser mis expectativas en un mundo así. Si bien nunca le he prestado atención a esos comentarios no puedo negar mi inminente miedo. Miedo a no saber que viene, miedo a no lograr mis objetivos siendo yo misma, miedo a defraudar mis ideales, y que a la vez sean ellos mismos los que me lleven al fracaso ¿Cómo saberlo? Me encuentro en un punto donde creo tenerlo todo y a la vez nada, un punto muerto, en una frontera pacífica donde la tregua es un buen sab